Refinanciar deudas: la solución a problemas económicos

Con el paso del tiempo muchas personas acaban colapsando con el pago de cuotas, deudas u otros préstamos al inicio de cada mes. La hipoteca de la casa, el pago de un coche, las tarjetas y otros tipos de créditos pagados a plazos pueden impedir contar con una mínima solvencia económica. Para doblegar esta situación, es posible recurrir a una refinanciación, un recurso que permite reducir los gastos derivados de las deudas.

¿Qué es la refinanciación de deudas?

La refinanciación de préstamos o deudas supone cambiar las condiciones que hay de los mismos actualmente. Esta opción permite unificar todos los créditos vigentes para adaptarlos a una nueva situación financiera. De esta forma, todas las cuotas pendientes se reducen en una única mensualidad cuya cuantía es menor.

En otras palabras, la refinanciación de deudas es un préstamo que se solicita a una entidad financiera. Tal préstamo permite hacer frente a todos los préstamos o deudas para liquidarlos conjuntamente en una única mensualidad.

Es un recurso muy útil con finalidades concretas según la situación económica o financiera particular. Entre las principales opciones destacan reducir el plazo para acabar el pago antes, mejorar el interés del crédito o cambiar el tipo de interés. 

Las refinanciaciones de deudas suelen ser gestionadas por empresas especializadas, denominadas mediadoras. Tales organizaciones unifican todos los préstamos, hipotecas o deudas que existan con diferentes entidades financieras o tipos de interés. También se pueden llevar a cabo con el banco con el que tengamos la mayoría de préstamos activos. 

Tipos de refinanciación de deudas

Existen diferentes vías para refinanciar deudas. Cada una de ellas se adapta para subsanar una situación y perfil concretos.

Reunificación de deudas

Consiste en la unión de varios créditos en uno único. Es el más útil para personas que acumulan muchos préstamos y quieren unirlos para pagarlos en una única mensualidad. Entre los objetivos de la reunificación, destacan aumentar/reducir el tiempo de devolución o la comodidad de tener un solo préstamo activo.

Novación

Supone el cambio de condiciones con el banco para mejorar las mismas. Esta modalidad depende de la predisposición de la entidad financiera para modificar la situación del préstamo o deuda. Por lo general, existe una tendencia a alargar el plazo de devolución para que la mensualidad sea menor.

Subrogación hipotecaria

Es el cambio de entidad para obtener mejores condiciones. No obstante, este tipo de refinanciación es el menos habitual. 

Refinanciar deudas con hipoteca

La refinanciación de deudas hipotecarias consiste en presentar como garantía una vivienda que tengamos en propiedad. Para ello, existen dos alternativas o vías:

  • Contraer un nuevo préstamo hipotecario sobre el inmueble. Éste incluye el resto de deudas no hipotecarias. Para ello, hay que cancelar previamente la hipoteca actual y, con el dinero recibido, cancelar todas las deudas contraídas.
  • Solicitar una novación. Permite aumentar el importe solicitado de la hipoteca. Al acceder a una mayor financiación, lo más habitual es ampliar el plazo de la hipoteca para disminuir la cantidad a pagar en las cuotas mensuales. 

Para ambas posibilidades es fundamental haber pagado una buena cantidad de la hipoteca. De lo contrario, será difícil que las entidades bancarias accedan a aprobar la refinanciación. 

Refinanciar deudas sin hipoteca

Refinanciar deudas sin hipoteca supone unir todos los préstamos pendientes en un único crédito sin aportar una garantía o aval, sino un préstamo personal. Esta alternativa permite acabar con el pago de diferentes cuotas mensuales para unificarlos en un único préstamo.

La refinanciación de deudas sin hipoteca es aconsejable para las personas que acumulan demasiados préstamos activos, sin que ello suponga el no poder afrontar el pago de los mismos. Las cantidades totales adeudadas, no obstante, no deben superar los 40.000 euros. Con la operación, pagaremos, tanto cada mes como en el total, una cantidad inferior. Algunas de las razones más habituales para solicitar la operación son:

  • Las cuotas a pagar todos los meses son un 35% superior a los ingresos. Por ejemplo, 350€ por cada 1000€.
  • Los préstamos pendientes son de alto coste o tenemos muchas deudas a pagar con la tarjeta de crédito.
  • El pago de las deudas supone limitaciones para otro tipo de gastos (comida, ocio…).

Para reunificar las deudas sin hipoteca, existen dos alternativas según cada caso en particular. En primer lugar, es posible ampliar el capital de un préstamo vigente. Es útil en situaciones en las que tengamos varios créditos activos de los cuales uno de ellos sea de cantidad notablemente superior. En este caso, podemos recurrir a una ampliación de tal capital y, a la vez, solicitar el dinero pendiente del resto de créditos.

La otra alternativa es contratar un préstamo específico para reunificar deudas. Pueden ser obtenidos tanto en bancos como entidades financieras de crédito. Esta opción es aconsejable sólo cuando el banco deniega ampliar el capital del préstamo vigente, ya que supone un mayor coste económico.

En cualquiera de los dos casos, hay que cumplir con tres requisitos indispensables para poder acceder a los mismos: no tener impagos, contar con ingresos estables y contar con un justificante de cancelación de otras deudas.

Ahora que ya sabes cómo poner solución a tus problemas económicos, no olvides que antes de tomar cualquier decisión respecto a refinanciar deudas, conviene analizar detenidamente las alternativas y los posibles costes de la operación. De este modo, es posible obtener beneficios al pagar cuotas mensuales más bajas.

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